Según el Reglamento Nacional del Taxi (RD 763/1979, de 16 de marzo, por el que se aprueba el reglamento nacional de los servicios urbanos e interurbanos de transportes en automóviles ligeros), el auto-taxi o taxi se define como: “automóvil ligero de alquiler con conductor dedicado al transporte de viajeros”.
Los taxis se diferencian, del resto de vehículos, mediante su color y mediante la existencia, en ellos, de algún elemento diferencial -bombilla de determinado color, placa de matrícula de características distintas a las ordinarias, inscripciones referidas a la condición publica del servicio (como las placas con las siglas S.P. que llevan los taxis en España), o la indicación del numero de licencia-.
Los usuarios pueden contratar el servicio de taxi mediante alguna de las diversas formas normalizadas. Los procedimientos habituales son: parada y solicitud de taxi en la via publica (cuando este está en movimiento), espera y contratación en las paradas fijas de taxis que existen en la localidad, o a través de una llamada de teléfono directa al profesional taxista o a una de las emisoras de radio de alguna de sus organizaciones.
En la actualidad el número de personas que encuentran dificultades en su interacción con el entorno está aumentando en los países desarrollados. Esto es debido al progresivo envejecimiento de la población, como consecuencia de la combinación entre el descenso de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y los avances de la medicina, que permiten mantener y alargar la vida a personas con graves deficiencias.
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